¿Cómo crear mapas con datos sin enredarse con los formatos?

Cuando alguien empieza a trabajar con mapas digitales, surge una duda clave: ¿en qué formato guardar y visualizar la información? La respuesta depende de qué tipo de mapa quieras hacer (puntos, líneas o polígonos) y de cómo piensas abrirlo. Aquí te lo explicamos de forma sencilla para que no necesites ser experto en cartografía.
El proceso paso a paso (antes de elegir el formato)
Lo primero es preparar tu información. Si vas a mapear ubicaciones puntuales, una hoja de cálculo con dos columnas —latitud y longitud— es suficiente. Ese archivo CSV o Excel se convierte en la base de tu mapa.
Si quieres líneas o polígonos y no los tienes dibujados, tienes dos opciones. Una es crear tus propias geometrías: en programas como QGIS o Google Earth puedes trazar rutas o delimitar áreas manualmente y guardarlas como KML o GeoJSON, formatos de datos geográficos.
La otra es descargarlos de fuentes abiertas: muchos gobiernos y portales de datos públicos ofrecen capas de barrios, municipios, carreteras o ríos en formatos listos para usar (GeoJSON, Shapefile o GeoPackage). Sitios como datos.gov.co y OpenStreetMap son puntos de partida comunes.
Luego debes elegir con qué programa abrirás el mapa. Para empezar sin complicaciones, Google My Maps y Google Earth permiten cargar CSV y KML directamente desde el navegador. Si quieres más control, QGIS (gratuito) abre y edita Shapefile, GeoJSON y GeoPackage. También hay opciones web como Flourish o Kepler.gl, donde arrastras el archivo y ves el resultado al instante.
Por último, carga el archivo en la herramienta elegida y deja que el software dibuje automáticamente puntos, líneas o polígonos. Si usaste una hoja de cálculo con coordenadas, asegúrate de que las columnas se llamen claramente “latitud” y “longitud” para que el sistema las reconozca sin complicaciones.
¿Qué formato elegir según el tipo de mapa?
Para mapas de puntos, lo más simple y universal es un CSV o Excel con latitud y longitud. Esa tabla funciona en Google My Maps, Datawrapper y QGIS, y te evita lidiar con archivos más técnicos cuando apenas estás comenzando.
Para mapas de líneas (rutas, redes viales, ríos), funcionan bien Shapefile, GeoJSON o KML. Shapefile es el clásico que todavía exigen muchas instituciones; GeoJSON es ideal si planeas publicarlo en la web; y KML brilla cuando quieres abrir recorridos de forma sencilla en Google Earth.
Para mapas de polígonos (barrios, municipios, zonas), el formato más cómodo hoy es GeoPackage, porque guarda todo en un único archivo y maneja proyectos grandes sin enredos. Si trabajas con entidades públicas o repositorios antiguos, Shapefile sigue siendo una opción válida. Y si lo tuyo es una visualización rápida en Google Earth, un KML también puede resolver.
Empezar en el mundo de los mapas es más fácil de lo que parece. Si quieres aprender más sobre cómo crear visualizaciones de datos, visita nuestro blog para obtener más consejos y trucos. Y si estás listo para poner manos a la obra, comienza a crear tus propios mapas con nuestro programa gratuito de visualización de datos. ¡Empieza ahora!